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Lo que de verdad ocultan los Gobiernos

( WIKILEAKS…. RECUERDA SIEMPRE QUE DETRAS DE ESTA GRAN VERDAD… EXISTE UNA GRAN MENTIRA… Y VICEVERSA… )

Noticia :

El interés por los papeles de WikiLeaks se explica porque revelan como nunca antes hasta qué grado los políticos de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos

El interés global concitado por los papeles de Wikileaks se explica principalmente por una razón muy simple, pero al mismo tiempo poderosa: porque revelan de forma exhaustiva, como seguramente no había sucedido jamás, hasta qué grado las clases políticas en las democracias avanzadas de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos. EL PAÍS ha asumido desde el principio el reto de revelar lo que el poder oculta y responder a la obligación profesional de informar a sus lectores.

» 1. La filtración y sus consecuencias. Cuando un viernes por la tarde del mes de noviembre Julian Assange llamó a mi teléfono móvil, apenas le podía oír. Entrecortada por la barahúnda habitual de un fin de semana en el aeropuerto de Roma, donde me encontraba aquel día de regreso a Madrid, la conversación fue extrañamente breve. Assange habla despacio, sopesa con extremo cuidado cada palabra que pronuncia y su voz grave, como de barítono, tiende a volverse inaudible al final de la frase, característica ésta que no facilita precisamente la comprensión. Momentos antes los carabinieri habían mostrado un interés especial por mi escaso equipaje, y en ese preciso momento se aprestaban a analizar las trazas químicas de un trapito blanco con el que previamente habían repasado todas las superficies de mi iPad, aunque nunca supe si era en busca de explosivos, de drogas o de las dos cosas.

Se trata por lo general de una situación que me intranquiliza, pero a la que ese día apenas presté atención. Assange, según entendí, estaba dispuesto a facilitar a EL PAÍS 250.000 comunicaciones entre el Departamento de Estado y las embajadas de Estados Unidos en una treintena de países, en lo que suponía de hecho la mayor filtración de documentos secretos de la historia. Acordamos proseguir la conversación en otro momento más propicio y luego nos despedimos. Cuando retomamos el diálogo dos días después, esta vez ya en profundidad, empezaron a perfilarse con una claridad inusitada las gigantescas cuadernas del proyecto que ha venido luego a conocerse como el cablegate. En paralelo me fui dando cuenta, con mayor precisión si cabe, de las importantes consecuencias que de todo ello se iban a derivar para la maquinaria diplomática de EE UU, para la reputación de su Gobierno, la de sus aliados, la de sus adversarios, para el futuro del periodismo y aun para el debate sobre las libertades en las democracias occidentales.

Hoy, tres semanas después de que The Guardian, The New York Times, Le Monde, Der Spiegel y EL PAÍS comenzáramos a publicar las informaciones que ahora todo el mundo conoce, me atrevería a afirmar que de todo este asunto se puede extraer ya una primera conclusión, siquiera provisional, pero muy importante según trataré de explicar luego. Más que un agudo estado de crisis de seguridad supranacional, como anticiparon algunos, lo que verdaderamente se ha instalado entre las élites políticas en Washington y en Europa es una espesa atmósfera de irritación y de embarazosa contrariedad que resulta extremadamente reveladora del alcance y del significado real de los papeles de Wikileaks.

No fueron precisamente esos los augurios. Bien al contrario. Desde antes de publicarse la primera línea se sucedieron las más diversas admoniciones en contra, tanto en público como en privado. Portavoces en Washington advirtieron de la irresponsabilidad del empeño. Los directores de los periódicos responsables del proyecto fuimos también debidamente advertidos de que la publicación del material que ya teníamos en nuestro poder -tanto las crónicas elaboradas por nuestras redacciones como los despachos en las que aquellas se basaban- pondría en peligro decenas de vidas, arruinaría nobles esfuerzos diplomáticos vitales para cimentar la lucha contra el terrorismo mundial y debilitaría de forma irremediable la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, al exponer a sus socios a situaciones tan embarazosas que dificultarían o impedirían la colaboración entre ellos.

No me sorprendió pues que el presidente Barack Obama calificase las filtraciones de actos deplorables. Tampoco que la secretaria de Estado Hillary Clinton utilizase esos argumentos, casi con esas mismas palabras, durante su primera comparecencia ante la prensa en Washington para condenar las acciones de Wikileaks y lamentar la decisión que, sin atender a los ruegos de su Administración, finalmente tomamos los cinco periódicos que habíamos tenido acceso al material filtrado.

Lo que éste comenzó enseguida a revelar dejó seguramente pequeñas las peores pesadillas del Departamento de Estado, al tiempo que levantó quejas amargas de diplomáticos en todo el mundo. No sólo quedaban al descubierto algunas de sus maniobras u órdenes menos confesables, sino que también se acumulaban pruebas del doble discurso de los aliados de Washington en los más diversos asuntos -muchos de ellos en clave estrictamente nacional-, que veían con estupefacción cómo la publicación de los despachos les dejaba en evidencia, ora frente a países vecinos y aliados, ora frente a sus conciudadanos, quienes descubrían con comprensible irritación opiniones, declaraciones o acciones de sus líderes que les habían sido convenientemente ocultadas.

» 2. América, haciendo su trabajo. No dispongo en estos momentos de información precisa, pero resulta evidente para cualquier observador que la Administración estadounidense llegó bien pronto a la conclusión de que su estrategia inicial de condenar las filtraciones, deplorar su difusión y predecir un apocalipsis diplomático como consecuencia inmediata de su publicación no surtía el efecto deseado. Así que pronto se articuló otra muy distinta que encontró con rapidez su camino en hartos editoriales y artículos de opinión en importantes periódicos, revistas y televisiones de Estados Unidos y de otros países.

Más que mentiras o engaños, los telegramas mostrarían las habilidades de los diplomáticos estadounidenses, según esta nueva interpretación apoyada sobre todo por medios conservadores. Más que sus fracasos, la información que se iba conociendo pondría de relieve cómo la maquinaria de Washington se conduce, in situ y en privado, según los mismos altos principios proclamados en público desde los púlpitos oficiales del Capitolio. Y en toda ocasión, América demostraría profesar más atención a los intereses de la seguridad internacional que a los suyos propios.

Como casi siempre y para desgracia de los españoles, se dio también una versión castiza de las exculpaciones anteriores, que devino en estrambote nacional cuando fueron los propios periódicos los que sostuvieron sin rubor que la mayor parte de los contenidos de los cables filtrados, y aun el conjunto de ellos en su totalidad, no pasaba de la categoría de cotilleos o chismes sin valor alguno para los ciudadanos en general y para sus lectores en particular, a los que consiguientemente se les hurtó la información. No pocos comentaristas y tertulianos en España les siguieron en esa tosca argumentación, por pereza mental o por otras motivaciones igualmente espurias, ignorando así de forma bochornosa la oleada de interés público que la publicación de los papeles de Wikileaks ha suscitado en todo el planeta.

» 3. Mintiendo a los ciudadanos. Nada de lo anterior resultó cierto, naturalmente, como a estas alturas han podido comprobar por sí mismos los millones de lectores que han seguido con avidez la información en periódicos, webs, blogs y demás contenedores informativos en todo el mundo. Sería tarea vana dedicar mayor esfuerzo a refutarlo. Por el contrario, tengo para mí que el interés global concitado por los papeles de Wikileaks se explica principalmente por una razón muy simple, pero al mismo tiempo muy poderosa: porque revelan de forma exhaustiva, como seguramente no había sucedido jamás, hasta qué grado las clases políticas en las democracias avanzadas de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos.

Lo mismo cabría predicar desde luego de Gobiernos con menor pedigrí democrático en otras zonas del mundo, lo que si se quiere resulta menos sorprendente y, desde luego, constituiría materia de otro ensayo. Baste reseñar aquí el inicial júbilo de la dictadura cubana, que celebró con alborozo los apuros por los que previsiblemente iba a pasar Washington en los días siguientes. Júbilo que se trocó primero en incomodidad al trascender los relatos sobre el grado de implicación de sus agentes secretos en Venezuela y otros países latinoamericanos, así como el nivel de deterioro de su economía, y que acabó luego en insultos a este periódico y a su grupo editor.

La lista de argucias que dejan al descubierto los papeles de Wikileaks es larga, y no pretendo aquí realizar un recuento exhaustivo. La enumeración de algunas de entre ellas, sin embargo, sí resulta imprescindible para la argumentación de este esbozo, pues la mayoría afecta a los fundamentos democráticos de nuestras sociedades, así como a su correlato moral en unos tiempos de creciente escepticismo de los ciudadanos con sus gobernantes.

Decenas de miles de soldados libran en Afganistán una guerra que sus respectivos primeros ministros o presidentes consideran de imposible victoria. Decenas de miles de soldados sostienen con sus esfuerzos a un Gobierno cuya corrupción es conocida y tolerada por aquellos que les enviaron a luchar. Según revelan los despachos de Wikileaks, ninguna de las principales potencias occidentales involucrada cree firmemente en la posibilidad de que el país sea viable a medio plazo, por no hablar ya de su altamente hipotético ingreso al club de las democracias, objetivo declarado de los combatientes. Así que a nadie debería sorprender que el vicepresidente afgano traslade al extranjero millones de dólares en maletines con el consentimiento de sus patronos en aras de mantener la fachada de que el país asiático cuenta con un Gobierno si no decente, al menos semisolvente.

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El fundador de Wikileaks anuncia que su próxima «víctima» será un banco

Julian Assange

 

Un gran banco estadounidense será la próxima víctima de las filtraciones del portal Wikileaks, que planea arremeter contra esa entidad a comienzos del próximo año, según afirma su director, Julian Assange, en una entrevista difundida hoy por Forbes. La publicación estadounidense publicó hoy en internet la transcripción completa de una extensa entrevista que Assange le concedió el pasado 11 de noviembre, antes de la filtración de más de 250.000 documentos que este domingo hizo temblar a la diplomacia estadounidense. «Tenemos una ‘megafiltración’ relacionada con un banco. No es de la dimensión del material de Iraq, pero se trata de decenas o de cientos de miles de documentos», apunta el australiano. En una entrevista que formará parte del reportaje de portada del próximo número de la revista impresa de Forbes, que llegará a los quioscos el próximo 20 de diciembre, Assange rehúsa ofrecer más detalles sobre cuál es esa «gran» entidad financiera que previsiblemente será su próximo objetivo, ni sobre qué tipo de «malas prácticas» desvelará.

Desde un apartamento londinense, este hombre de 39 años, sobre el que pesa una orden de ingreso en prisión por supuestos delitos sexuales, compara esos documentos con los correos electrónicos que se desvelaron en el juicio de Enron, la compañía estadounidense que protagonizó uno de los mayores fraudes empresariales de la historia. «Se le podría llamar el ecosistema de la corrupción, pero también se trata de toma de decisiones habituales, en las que se hace la vista gorda y se apoyan prácticas poco éticas», explica sobre la próxima filtración este australiano, que cuenta a su interlocutor que se ha teñido el pelo porque «le siguen». Assange asegura que con la filtración en la que trabaja «se dará una visión verdadera y representativa de cómo los bancos se comportan a nivel ejecutivo», aunque reconoce no tener muy claro qué pretende con ello: «Estimular las investigaciones y las reformas, supongo». Aunque su próxima presa sea un banco, Assange asegura que cuenta con información sensible de muchos otros sectores además del financiero, incluidos el farmacéutico y el energético, donde dice que tiene «de todo», desde documentos de la británica BP hasta de «una empresa petrolífera albanesa que trata de sabotear los yacimientos de su competidores».

Durante la entrevista, el australiano se queja de que se le siga llamando «hacker», porque es algo que hizo «hace 20 años» y desde entonces asegura haber trabajado como editor y periodista. «No estoy avergonzado de ello, estoy bastante orgulloso. Pero entiendo por qué lo sugieren, hay una razón muy concreta», afirma Assange, quien apunta al interés de los medios de comunicación de que su trabajo no sea considerado «periodismo» para que las autoridades no regulen las labores de investigación de este colectivo.

Fuente  :  ABC

La mayor filtración de la historia deja al descubierto los secretos de la política exterior de EE UU

EL PAÍS desvela los documentos de Wikileaks.- Putin, autoritario y machista.- Las fiestas salvajes de Berlusconi.- Estrecho seguimiento de Sarkozy.- Los movimientos para bloquear a Irán.- El juego en torno a China.- Los esfuerzos para aislar a Chávez

EL PAÍS, en colaboración con otros diarios de Europa y Estados Unidos, revela a partir de hoy el contenido de la mayor filtración de documentos secretos a la que jamás se haya tenido acceso en toda la historia. Se trata de una colección de más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, obtenidos por la página digital Wikileaks, en los que se descubren episodios inéditos ocurridos en los puntos más conflictivos del mundo, así como otros muchos sucesos y datos de gran relevancia que desnudan por completo la política exterior norteamericana, sacan a la luz sus mecanismos y sus fuentes, dejan en evidencia sus debilidades y obsesiones, y en conjunto facilitan la comprensión por parte de los ciudadanos de las circunstancias en las que se desarrolla el lado oscuro de las relaciones internacionales.

Estos documentos recogen comentarios e informes elaborados por funcionarios estadounidenses, con un lenguaje muy franco, sobre personalidades de todo mundo, desvelan los contenidos de entrevistas del más alto nivel, descubren desconocidas actividades de espionaje y exponen con detalle las opiniones vertidas y datos aportados por diferentes fuentes en conversaciones con embajadores norteamericanos o personal diplomático de esa nación en numerosos países, incluido España.

Queda en evidencia, por ejemplo, la sospecha norteamericana de que la política rusa está en manos de Vladimir Putin, a quien se juzga como un político de corte autoritario cuyo estilo personal machista le permite conectar perfectamente con Silvio Berlusconi. Del primer ministro italiano se detallan sus «fiestas salvajes» y se expone la desconfianza profunda que despierta en Washington. Tampoco muestra la diplomacia estadounidense un gran aprecio por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a quien se sigue con gran meticulosidad acerca de cualquier movimiento para obstaculizar la política exterior de Estados Unidos.

Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez.

En ocasiones, las expresiones usadas en estos documentos son de tal naturaleza que pueden dinamitar las relaciones de Estados Unidos con algunos de sus principales aliados; en otras, pueden ponerse en riesgo algunos proyectos importantes de su política exterior, como el acercamiento a Rusia o el apoyo de ciertos Gobiernos árabes.

El alcance de estas revelaciones es de tal calibre que, seguramente, se podrá hablar de un antes y un después en lo que respecta a los hábitos diplomáticos. Esta filtración puede acabar con una era de la política exterior: los métodos tradicionales de comunicación y las prácticas empleadas para la consecución de información quedan en entredicho a partir de ahora.

Todos los servicios diplomáticos del mundo, y especialmente de Estados Unidos, donde esta filtración se suma a otras anteriores de menor trascendencia con papeles relativos a Irak y Afganistán, tendrán que replantearse desde este momento su modo de operar y, probablemente, modificar profundamente sus prácticas.

Intensas gestiones

Tratando de anticiparse a ese perjuicio, la Administración de Estados Unidos lleva varios días, desde que supo la existencia de esta fuga de documentos, realizando intensas gestiones ante el Congreso norteamericano y los Gobiernos de gran parte de las naciones ante los que tiene representación diplomática para informarles sobre el previsible contenido de las filtraciones y sus posibles consecuencias. El Departamento de Estado envió a principio de esta semana un informe a los principales comités de la Cámara de Representantes y del Senado previniéndoles sobre la situación.

La propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha telefoneado en las últimas horas a los Gobiernos de los países más importante afectados por esta fuga de información, entre otros los de China, Alemania, Francia y Arabia Saudí, para alertarles de lo sucedido y ofrecer algunas justificaciones

En Reino Unido, Israel, Italia, Australia y Canadá, entre otros socios de Estados Unidos, portavoces de sus respectivos ministerios de Relaciones Exteriores confirmaron que habían recibido información de parte de los embajadores norteamericanos, aunque no revelaron detalles sobre los datos precisos que habían sido puestos en su conocimiento. No ha habido, sin embargo, comunicación directa entre la Embajada en Madrid y el Gobierno español acerca de este asunto.

El portavoz del Departamento de Estado, P. J. Crowley, ha reconocido que no conoce con exactitud las informaciones que aparecerán en los papeles filtrados, aunque ha adelantado que «estas revelaciones son dañinas para los intereses de Estados Unidos». «Van a crear tensiones entre nuestros diplomáticos y nuestros amigos alrededor del mundo», declaró este fin de semana.

El Departamento de Estado, que ha negociado con uno de los periódicos que hoy publican los cables algunos contenidos particularmente lesivos para sus intereses o peligrosos para ciertas personas, está especialmente preocupado por el daño que esto puede causar en la guerra contra Al Qaeda en algunas regiones en la que la libran de forma encubierta, como Yemen o Pakistán, así como los efectos que puede tener para las difíciles relaciones con otras potencias, como Rusia y China.

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Wikileaks anuncia una filtración sobre la corrupción en Rusia y Afganistán

Wikileaks amplía fronteras. La web conocida por desvelar archivos secretos de las guerras de Afganistán e Irak, anuncia ahora que pondrá a disposición del público información que probaría la corrupción de varios países y que estas informaciones podrían causar importantes «bochornos» a los políticos y gobiernos que cite la página web del polémico Julian Assange.

Telegramas clasificados de diplomáticos de EEUU con acusaciones de corrupción contra gobiernos y líderes extranjeros aparecerán en la nueva filtración.

El Departamento de Estado de EEUU y el Pentágono han confirmado que han contactado con legisladores del Congreso para informarles de lo que podría salir a la luz. Al parecer, también se está poniendo sobre aviso a los gobiernos extranjeros aludidos «sobre la posible divulgación de documentos» en un futuro cercano, confirmaron que han estado en contacto con legisladores del Congreso para informales de lo que podría salir a la luz, y también se le estaba notificando a gobiernos extranjeros «que es posible en el futuro cercano una divulgación de documentos».

La información detallada sobre los diplomáticos de Estados Unidos también podría crear complicaciones para el Gobierno del presidente Barack Obama. Entre los países cuyos políticos aparecen en los documentos están Rusia, Afganistán y varias ex repúblicas soviéticas en Asia Central.

El sitio de internet publicó en Twitter esta semana que la próxima filtración sería siete veces mayor a los casi 400.000 documentos del Pentágono sobre la guerra de Irak que publicó en octubre.

El portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, ha declarado que Washington estaba analizando las implicaciones de lo que WikiLeaks podría revelar. «Estas revelaciones son dañinas para Estados Unidos y nuestros intereses. Van a crear tensión en nuestras relaciones«, afirmó el portavoz. «Deseamos que esto no pase pero obviamente estamos preparados para la posibilidad de que suceda», añadió.

 

Fuente  :  El Mundo

WikiLeaks anuncia una filtración siete veces mayor que la de la guerra de Irak

El anuncio, aún sin materia ni fechas concretadas, coincide con la orden de arresto internacional contra el confundador del sitio especializado en revelar papeles confidenciales

La web WikiLeaks ha anunciado hoy una próxima publicación, siete veces más voluminosa que la de los 400.000 documentos confidenciales recientemente divulgados sobre la guerra de Irak, sobre un tema y una fecha no precisadas. «La próxima publicación tiene siete veces el tamaño de los documentos sobre la guerra de Irak», ha indicado este sitio especializado en la revelación de documentos confidenciales en su cuenta de Twitter.

 

«Presión intensa durante meses. Nos ayuda a mantenernos fuertes», escribe WikiLeaks en un estilo telegráfico con un enlace a una página para recaudar fondos. El anuncio coincide con el momento en que Suecia ha lanzado una orden de arresto internacional contra el cofundador y redactor jefe de WikiLeaks, Julian Assange, en el transcurso de una investigación por violación y agresión sexual.

Después de haber publicado en julio 77.000 documentos militares de EE.UU. clasificados sobre la guerra de Afganistán, WikiLeaks publicó 400.000 sobre Irak el mes siguiente, con informes de incidentes escritos entre 2004 y 2009 por soldados norteamericanos que denunciaban torturas.

 

Fuente  :  ABC

El Pentágono niega las acusaciones de WikiLeaks

EE. UU. desmiente haber ignorado las torturas en las cárceles de Irak y haber revisado a la baja el número de muertos

El Ejército de EE. UU. niega haber revisado a la baja el número de muertes civiles en la guerra de Irak y haber ignorado los casos de abuso cometidos por las fuerzas iraquíes contra prisioneros, tal y como se apunta en los archivos de inteligencia desclasificados recientemente por la página Wikileaks. EE. UU. había condenado la filtración desde el primer momento, pero hasta ahora, no había negado la información desvelada.

 

El jefe del Estado Mayor del Ejército, George Casey

 

En los documentos, dados a conocer el viernes, se habla de una diferencia de 15.000 víctimas mortales entre los datos oficiales del Ejército estadounidense y las cifras reales. El jefe del Estado Mayor del Ejército, George Casey, aseguró que los soldados entraban en las mezquitas para contar los cadáveres. «No recuerdo haber minimizado las bajas civiles», señaló quien estuviera al mando de la operación militar en Irak entre 2004 y 2007.

El portavoz del Pentágono, coronel Dave Lapan, afirma que el Ejército nunca dijo que contara con un balance exacto de bajas civiles, y señala que las estimaciones hechas por organizaciones privadas también suelen variar. «Durante los años ha resultado imposible para las distintas organizaciones (…) llegar a un acuerdo sobre una cifra específica», declaró. Durante la contienda las fuerzas norteamericanas recogían en sus balances menos bajas civiles que la Policía o fuentes del hospital.

Abusos a prisioneros

Respecto a los supuestos casos de abusos a prisioneros, Casey negó que los soldados estadounidenses los hubieran ignorado. «En todo momento nuestra política fue que donde los soldados americanos fueran sorprendidos abusando a un prisionero serían detenidos y se informaría inmediatamente a las cadenas de mando estadounidense e iraquí», relató. Sin embargo, esta afirmación no menciona los abusos cometidos por los agentes iraquíes, tolerados sistemáticamente por el Ejército de EE. UU. tal y como se denuncia en la filtración.

El Pentágono no ha anunciado una investigación de los hechos. Mientras, las autoridades iraquíes ya han prometido indagar. Otros implicados en la guerra, como el Reino Unido, también se han pronunciado. El ministro británico, Nick Clegg, insiste en la gravedad de las informaciones y pide igualmente investigar.

 

Fuente  :  ABC

Wikileaks pone en alerta al Pentágono con otra filtración

El Pentágono se prepara para una inminente filtración de la página de internet Wikileaks de unos 400.000 documentos secretos del Ejército estadounidense sobre la guerra en Irak.

El Departamento de Defensa ha constituido un grupo de trabajo de 120 personas para revisar las bases de datos sobre Irak en el Pentágono y determinar «cuál podría ser el impacto» de la publicación, según ha informado el portavoz militar, coronel David Lapan. «Hay cosas que podrían estar incluidas en los documentos y que podrían ser perjudiciales para las operaciones, para las fuentes y para los métodos», agregó Lapan.

El Pentágono considera que los documentos son informes de campo sobre la guerra en Irak, conocidos como «Significant Activities» o SIGACTs, en jerga militar.

De hacerse realidad, la filtración sería mucho mayor que la que ya protagonizó Wikileaks en julio, cuando publicó 92.000 informes secretos de las Fuerzas Armadas de EEUU sobre Afganistán.

Aunque Wikileaks, cuya página de internet se encuentra desconectada desde finales de septiembre, no ha indicado cuándo podría publicar los nuevos documentos, los medios estadounidenses conjeturan con que podría ocurrir a partir del domingo.

La filtración, de suceder, tendría lugar en un momento delicado para Irak, donde los partidos políticos tratan de acordar la formación de un Gobierno de coalición y las fuerzas de combate estadounidenses completaron su retirada el pasado agosto.

Fuente  :  20 Minutos